Orígenes
Maximilian von Stephanitz, capitán de caballería del ejército alemán, es considerado el padre de la raza, siendo el primer ejemplar inscrito Horand von Grafath, un animal vigoroso, de firme carácter, pelaje grisáceo y aspecto lobuno. Más tarde, tras la aparición de la Asociación de Amigos del Pastor Alemán en 1899, se inició una selección de ejemplares cuyos cruces mejoraron tanto el aspecto psíquico como físico del animal.
Horand von Grafath: demostró ser un semental capaz y los rasgos que Von Stephanitz apreció en el primer encuentro se transmitieron a los perros sucesores, y se reforzaron con las normas cuidadosas de cruce selectivo entre miembros del mismo linaje de este primer criador, una práctica que buscaba destacar y potenciar las características deseables por medio de una determinada gestión genética.
Von Stephanitz: consideró siempre primordial un ideal práctico y de trabajo de la raza. Desde el principio, la forma en el Pastor Alemán no debería desviarle de su funcionalidad.
Von Stephanitz previó una primera amenaza a la validez de la raza como animal de trabajo cuando la sociedad humana se transformó de una base principalmente agrícola y ganadera a una economía industrializada. En una primera fase, persuadió al Gobierno alemán para que aceptara a la raza en trabajos de policía. Éste fue el principio de la asociación de la raza con las fuerzas de la ley y con la utilización militar.
Pronto las cualidades de inteligencia, fiabilidad y resistencia del animal, los aspectos principales de su carácter y su existencia en la historia, le garantizaron su utilización en muchos papeles importantes, y uno de esos papeles más nobles del perro es como guía para los ciegos.
Hoy en día, esta raza no es sólo una de las más queridas y admiradas por los amantes de los perros, sino que sus cualidades también le han permitido trabajar en ejércitos. Esta raza fue utilizada como perro rastreador durante la Segunda Guerra Mundial por el ejército nazi y policías. De hecho, los servicios prestados durante las dos guerras mundiales le granjearon un respeto y admiración universales.
Los antepasados del Pastor Alemán existían por diferentes zonas de Alemania desde hace siglos, eran unos perros de morfologías muy diferentes según la región. No fue hasta finales del siglo XIX que un oficial de caballería prusiano, Von Stephanitz, definió y desarrolló el estándar de la raza.
Historia
Se les clasifica y entonces se distingue al veloz, al lento, al sutil, al guardián, al cazador, cada uno de acuerdo con el don que la dadivosa naturaleza le otorgó, con lo cual recibe una particular adición al decreto que los describe todos semejantes…».–Macbeth
Historia y objetivo original en Alemania
Aparte de consideraciones de compañía y dominio, los primeros perros domesticados fueron utilizados con objetivos prácticos y esenciales, tales como el control y la guarda del ganado. De los rudos animales que ayudaron inicialmente a los pastores con sus rebaños, devinieron animales de marcha más ligera, resistentes a la intemperie, confiables, clasificados comúnmente como perros pastores.
En 1891 un grupo de admiradores alemanes de este perro duro y tosco formaron la Phylax Society, nombre basado en la palabra griega phylaxis, que significa vigilar o guardar. El objetivo de esta organización fue normalizar la variada colección de perros pastores en una raza de perro nativo alemán con una apariencia y un carácter fijos.
La Phylax Society duró solamente hasta 1894, pero su objetivo y visión tuvo continuidad en la persona de un hombre, Max Emil Friedrich von Stephanitz, a quien muchos consideran la persona más decisiva en el establecimiento del Perro Pastor Alemán como raza específica.
El iniciador de la raza fue descubierto por Von Stephanitz el 3 de abril de 1899, cuando él y otros entusiastas de los perros pastores asistieron a una muestra de perros de pastor. El perro que encontraron era ágil, poderoso, alerta y fuertemente adaptado a su objetivo utilitario. A Von Stephanitz le pareció que este animal era la representación perfecta del guardián y trabajador ideal que él tenía para este tipo de perro.
La clara inteligencia y el evidente deseo de servir en el temperamento del perro, contradecían a su apariencia salvaje y lobuna. Von Stephanitz compró el animal en el acto. Se cambió su nombre original, Hektor von Linksrhein, por el de Horand von Grafrath, y fue registrado como Perro Pastor Alemán, S.Z. 1, el primero en figurar en la nueva organización de Von Stephanitz, Verein für Deutsche Schäferhunde.
Éste es el principio del Perro Pastor Alemán en Alemania, conocido como el S.V., el mayor club en el mundo de una raza individual.
Horand demostró ser un semental capaz y los rasgos que Von Stephanitz apreció en el primer encuentro se transmitieron a los perros sucesores, y se reforzaron con las normas cuidadosas de cruce selectivo entre miembros del mismo linaje de este primer criador, una práctica que buscaba destacar y potenciar las características deseables por medio de una determinada gestión genética. Von Stephanitz consideró siempre primordial un ideal práctico y de trabajo de la raza.
Desde el principio, la forma en el Pastor Alemán no debería desviarle de su funcionalidad.
Von Stephanitz previó una primera amenaza a la validez de la raza como animal de trabajo cuando la sociedad humana se transformó de una base principalmente agrícola y ganadera a una economía industrializada.
En una primera fase, persuadió al gobierno alemán para que aceptara a la raza en trabajos de policía. Éste fue el principio de la asociación de la raza con las fuerzas de la ley y con la utilización militar. Pronto las cualidades de inteligencia, fiabilidad y resistencia del animal, los aspectos principales de su carácter y su existencia en la historia, le garantizaron su utilización en muchos papeles importantes, y uno de esos papeles más nobles del perro es como guía para los ciegos.
La Raza fuera de Alemania
Los primeros Perros Pastores Alemanes fueron introducidos en Norteamérica alrededor de 1906 por coleccionistas y criadores ricos.
La raza ganó pronto admiradores influyentes, pero el estallido de la primera guerra mundial interrumpió bruscamente su creciente popularidad, debido a la estrecha identificación del perro con su país de origen.
La popularidad de la raza declinó por segunda vez cuando resurgió el sentimiento antigermánico en los Estados Unidos y la Europa aliada durante la segunda guerra mundial. Tan profundo fue el prejuicio contra el origen nacional del perro, que sus partidarios intentaron, con poco éxito, disfrazar a la raza con el nombre de Perro Lobo Alsaciano.
Aun ahora, hay quien se refiere al perro como «alsaciano», un nombre asociado con una región europea menos problemática.
De nuevo fue la estrecha asociación de la raza con la humanidad, y no su carácter intrínseco, lo que causó el declive. Y de nuevo fue el trabajo duro y el esfuerzo noble de estos perros en diversas actividades militares y salvamentos de vidas lo que renovó la admiración y la aceptación general.
La demanda de esta raza llegó a ser tan intensa que una cría incontrolada y sin escrúpulos produjo muchos problemas médicos y de comportamiento, muy especialmente la displasia de cadera, que actualmente continúa siendo una plaga de la raza.
La crianza excesiva produjo también ejemplares que mordían por temor, y otros neuróticos, que amenazaron la reputación de este perro normalmente noble y amable.
Durante la década de 1960, cirujanos veterinarios y protectores de la raza, muy especialmente el German Shepherd Dog Club de América y el German S.V., se unieron para controlar estos problemas y salvaguardar esta raza de guardianes. Actualmente existe un método radiológico para determinar la displasia de cadera en perros individuales y extender un certificado a los que están libres de ella, como perros de calidad para crianza.
El club norteamericano ha añadido un título de Registro de Mérito, o ROM, a los perros cuya prole es saludable y digna de exposiciones de belleza. El S.V. ha creado la I Categoría (perros sin defectos) y la II Categoría (perros con defectos menores) para distinguir y proteger los ideales de salud física y mental que fueron establecidos por los forjadores de la raza.
Los criadores de confianza también siguen normas rigurosas para asegurar la salud y la popularidad de la raza. No sólo estudian los antecedentes de los progenitores, sino también interrogan a los compradores sobre cómo pretenden criar y utilizar a sus cachorros.
El moderno Perro Pastor Alemán ha sobrevivido a unas circunstancias históricas difíciles y diversas, con las características que le distinguen y que le sitúan por encima de otras razas, intactas y celosamente protegidas. Es apropiado que las cualidades de nobleza y protección que llevaron inicialmente a juntarse a estos compañeros caninos y humanos continúen caracterizando su asociación.