Orígenes
Fue en el siglo XVI cuando el Beagle se empezó a difundir de verdad por toda Inglaterra y aún, a finales del siglo XIX, existían diversas variedades de Beagle y la raza todavía no estaba fijada.
Los primeros Perros
También se mencionan pequeños sabuesos en las Leyes Forestales de Canuto el Grande, donde se los eximía de la ordenanza que establecía que a todos los perros capaces de acosar a un venado se les debía mutilar una pata. De ser cierto, estas leyes confirmarían que perros del tipo del Beagle existían en Inglaterra antes de 1016, pero es probable que fueran escritas en la Edad Media y se les quisiera dar una percepción de antigüedad y tradición.
A partir de la época medieval, el término Beagle se utilizó como nombre genérico para referirse a los sabuesos más pequeños, aunque estos perros se diferenciaran bastante de la raza moderna.
Los sabuesos más grandes perseguían y levantaban la presa y después los cazadores soltaban a los perros pequeños para proseguir la persecución por la maleza. Isabel I se refería a estos perros como sus «Beagles cantores» (singing Beagles) y a menudo entretenía a los invitados a su mesa real dejando a sus «Beagle de bolsillo» dar cabriolas entre los platos y tazas.
En el libro de 1866 de George Jesse Researches into the History of the British Dog, el poeta y escritor de principios del siglo XVII Gervase Markham es citado refiriéndose al Beagle como lo bastante pequeño como para sentarse en la mano de un hombre. Los estándares para el Beagle de bolsillo se establecieron en 1901; esta línea genética está extinguida en la actualidad, aunque algunos criadores modernos han intentado recrearla.
La raza en el siglo XVIII
El north country Beagle, posiblemente un cruce de una rama de la estirpe del talbot y un galgo, fue criado principalmente en Yorkshire y era común en los condados del norte. Era más pequeño que el del sur, menos corpulento y con un hocico más puntiagudo; era más rápido que su equivalente del sur, pero sus capacidades olfativas estaban menos desarrolladas.
Las variedades de perros del tamaño del Beagle estuvieron cerca de la extinción pero algunos agricultores del sur de Inglaterra aseguraron la supervivencia de las razas prototipo manteniendo pequeños grupos para la caza de conejos.
Desarrollo de la Raza Moderna
Aunque no existen registros con los detalles del linaje de esta perrada, se cree tanto los southern hound como los north country Beagle estaban fuertemente representados; el veterinario británico William Youatt sospechaba que el harrier constituía una buena parte de la herencia genética del Beagle, opinión compartida por otros estudiosos en la actualidad.
Aunque se la atribuye el desarrollo de la raza moderna, Honeywood se concentró en la cría de perros para la caza y dejó en manos de Thomas Johnson refinar la cría para producir perros que fueran cazadores tanto atractivos como capaces.
En los años 1840, se comenzó a desarrollar un estándar para el Beagle: se había perdido la distinción entre el north country Beagle y el southern hound, pero todavía había una gran variación en talla, carácter y fiabilidad entre los nuevos grupos emergentes.
“De tamaño, el Beagle mide de 10, o incluso menos, a 15 pulgadas (25-38 cm). En cuanto a la forma, se parecen al viejo southern hound en miniatura, pero con más pulcritud y belleza; y también se parecen a ese hound en el estilo de caza”.
Ambas organizaciones tenían como objetivo promover y defender los intereses fundamentales de la raza, y ambos deseaban producir un tipo estándar de Beagle. Hacia 1902 el número de criaderos se había elevado a 44.
La primera mención del Beagle de la que se tiene constancia se encuentra en History of Ipswich, Essex, and Hamilton, de Joseph Barrow Felt, publicada en 1834. El libro se basaba, en parte, en los antiguos datos de las ciudades, y en los registros del año 1642 se menciona al Beagle, que ayudaba a los cazadores locales a mantener a los lobos alejados de la ciudad.
Exportación de la raza - Introducción y aceptación en EE.UU.
La primera mención del Beagle de la que se tiene constancia se encuentra en History of Ipswich, Essex, and Hamilton, de Joseph Barrow Felt, publicada en 1834. El libro se basaba, en parte, en los antiguos datos de las ciudades, y en los registros del año 1642 se menciona al Beagle, que ayudaba a los cazadores locales a mantener a los lobos alejados de la ciudad.
A principios de la década de 1870 el general Richard Rowett, del estado de Illinois, se interesó enormemente por los Beagle. Importó perros de Inglaterra y a partir de ellos crió lo que los aficionados de esos tiempos consideraron como muy buenos ejemplares de la raza. Los Beagle de Rowett fueron conocidos por la constancia en cuanto al tipo, la homogeneidad de sus manchas y su eficacia en el campo.
Popularidad de la Raza
Tras la guerra, la raza luchaba otra vez por la supervivencia en el Reino Unido: el último de los Beagles de bolsillo probablemente desapareció durante este tiempo, y los registros cayeron hasta su nivel más bajo.
Como perros de raza, los Beagles siempre han sido más populares en los Estados Unidos y Canadá que en su país natal. El Club Nacional del Beagle de América (National Beagle Club of America) fue creado en 1888 y hacia 1901 un Beagle ya ganó un premio al «Mejor ejemplar de la exposición» (Best in Show). Al igual que en el Reino Unido, la actividad durante la Primera Guerra Mundial fue mínima, pero la raza experimentó un renacimiento mucho más fuerte en los Estados Unidos cuando cesaron las hostilidades.
En Norteamérica han estado de forma regular entre las diez razas más populares durante más de treinta años.
Aunque no tanto como en Estados Unidos, en el Reino Unido también son muy populares, y estaban situados en los puestos 28º y 30º de entre unas 200 razas reconocidas en las clasificaciones de registros del Kennel Club de los años 2005 y 2006 respectivamente, pero ascendieron a los puestos 20º y 18º en los años 2009 y 2010 respectivamente.
Origen del Nombre
El origen de la palabra es incierto, aunque se cree que puede derivar del francés becguele o b’gueule, garganta abierta (quizás por las características de su ladrido), o del inglés antiguo, francés o gaélico beag, pequeño. Otros autores indican como origen el término francés beugler, bramar, rugir, o el alemán begele, regañar, reprender.